martes, 30 de noviembre de 2010

MI ABUELA.


El 3 de julio de  1919 en la ciudad de pasto nació una mujer sencilla que sin pensarlo se convirtió en mi abuela, llamada Hilda Castillo. Su mamá Umbelina Acosta De Castillo y su padre Clodomiro Castillo Rodríguez.
A su primer año de edad, nació su hermana Dina Castillo, la cual le hizo una gran acogida mirando que ya tiene con quien pasar el tiempo en un futuro.
Siempre vivió en las cuadras, en una casa gigantesca, donde ella podía divertirse en cualquier momento del día.
A sus  4 años de edad entro al colegio las franciscanas, en este paso una gran formación de su vida, donde aprendió a reír, a llorar, a creer, a estudiar, mejor dicho se formo como adolecente. Me conto que tenía un grupo de amigas que siempre iban a la casa a jugar, pero como toda niña que se respete tenían que pelear por las muñecas que le regalaban los papas.
Al pasar al bachillerato ya tenía otra mentalidad, ya era adolecente, en esta época ella entro al liceo de las terecitas, pero por problemas familiares solo pudo cursar 3 años, la cual le cerro muchas puertas para ser profesional, pero a ella no le importaba, decía que sea como sea tenía que salir a adelante y ayudar a su familia en lo que sea posible.
Una tarde salió a buscar empleo, pero solo tenía 15 años, quien le iba a creer, pero un amigo le había dicho que fuera a la agencia Wilar donde trabajaba un primo llamado Nelson el cual le podía dar trabajo en lo que fuera. Fue hasta la agencia que quedaba al frente de la iglesia de la merced, pregunto por Nelson, con nervios en la voz le dijo que si le podía dar un empleo ya sea de aseadora, y él le respondió: “claro necesitamos a alguien pero no de aseadora sino en la caja”, ella es  muy buena para las matemáticas y sabia como llevar las cuentas, le demostró sus  habilidades y sin pensarlo Nelson la contrato. Esta agencia era de venta de repuestos para automóvil, pero no era tanta la venta en esta ya que poca gente era dueña de un automóvil, pero con lo que ganaba podía  ayudar en la casa a costear los servicios de agua y de energía. 
 Una mañana hubo una discusión en la agencia con el contador, Hilada solo escuchaba la pelea del gringo (contador) y Nelson, ya no  soportaban más en la agencia ese irrespeto con el que trataba tanto a los empleados como a los clientes, entonces decidieron  sacar al contador. Con cara de preocupación Nelson fue donde la Hilda y le conto todo lo que paso, al ver la desesperación de él, ella le dijo que si quería ella podía ser la nueva contadora y Nelson sin pensarlo dijo que bueno, como tiene experiencia en esa parte laboral no sería una mala decisión.  Ya llevaba un mes de contadora y todo iba mejorando, la agencia compro una venta de carros donde ellos aparte de vender los repuestos también ya ofrecían los carros marca chevrolet.
Ya tenía 22 años y su problemática familiar era muy grave, en las noches siempre encontraba a su padre en la tienda de la esquina tomando con los amigos y nunca se preocupaba ni por sus hijas, ni por su esposa estando en ese estado de embriagues. Una día su mama fue al trabajo a contarle que ya no podía mas con esa situación de su padre y llorando le dijo que llamo a las hermanas de él para que se lo levaran a Bogotá, sus lagrimas cayeron, pero en su alma era mejor seguir adelante sin ese obstáculo de sentimientos que tenía que afrontar día tras día.
Semanas después, de que su padre ya había salido de la ciudad, ella ya lo había asimilado y decidió afrontar sus problemas con más responsabilidad, siguió normal en su trabajo ayudando a su familia con lo  que ella podía lograr.
Una tarde normal sin imaginárselo llego el hombre de su vida, otro contador de una empresa de carros que quedaba diagonal a la que ella trabajaba, el se llamaba Guillermo Pardo y  solo al verle los ojos miro algo distinto a todos los hombres, algo que ella nunca había visto, pero sin mirar más allá, ella no se dio cuenta que el no iba por ningún papel de contabilidad, eso era una excusa para poder conocerla.
Día a día Guillermo la iba a visitar ya sea a saludarla y a saber como estaba, esa atención que tenia con Hilda era la que los enamoraba. Pero ella no sabía que el tenia novia, y ya había un lazo muy fuerte que no quería romper y sin mirar atrás arriesgo todo para entregárselo a él y hacer que pueda decidir con quién quedarse.
Una noche casi las 11 pm, golpearon en su ventana, era él, decidiendo que se iba a quedar con ella, y que quería estar a su lado siempre. Un año paso de novios, de felicidad, de tristezas, de amor, y Guillermo decidió casarse con ella, pero la familia de Hilda se lo impedía.
Así que una madrugada ella se escapo de la casa de su madre, sin hacer tanto ruido logro salir, para ir directo a la iglesia de San Juan donde tomaron el camino de marido y mujer. El mismo día decidieron irse de luna de miel, tomaron un bus y se fueron directo para Cali donde un hermano de Guillermo. Disfrutaron la estadía en una finca que les habían prestado. Solo pasaron 3 días ahí, y partieron hacia Bogotá donde fueron a visitar su papá, aunque ya no vivía con las hermanas ya que  estas lo aprisionaban mucho con toda la problemática del alcohol y eso no quería él, entonces decidió pasarse a otro departamento donde los acogió a Guillermo y a su hija muy amablemente. El papa de Hilda les contaba que ya no era tanta la necesidad de alcohol, que ya lo había dejado un poco y era un logro muy significante para él, así que Hilda lo abrazo y se alegro por él.  Aparte de pasar tiempo con su papá, también fueron a visitar a sus tías Bernardina y Asunción, las cuales les mostraron la magnificencia de la ciudad capital.
Al regresar a Pasto, en la barriga de Hilda ya estaba un creatura desarrollándose, llamada Ricardo Darío, con este regalo en su vientre, decidieron ir a contarle a su mamá que ella y Guillermo habían dado un paso muy importante en la vida, el de casarse. Llegaron a la casa de Umbelinda, pero ella no estaba; la hermana le dijo que había salido al mercado a comprar unos granos para el almuerzo y decidieron esperarla. Quince minutos después llego, los nervios la agobiaban, pero era mejor enfrentar y decir la verdad, entonces con la ayuda de Nelson le explicaron que ella ya se había casado, le conto toda la historia como si fueran dos amigas y supo entenderla, se alegro mucho por ella,  les dio la bendición para que continúen con sus vidas y les brinda posada para que continúen con sus vidas en un buen hogar.
Nueve meses después, 8 de diciembre de 1956, nace su primer hijo Ricardo Darío, dándole paso a una felicidad de tener su primer hijo, comprando todo lo necesario, sin excederse, para que el pueda tener un buen desarrollo y una buena vida como bebe e hijo.
Un año después nació su primera hija, llamada Ana Lucia, el 21 de enero de 1958, agrupándola en una familia llena de virtudes y fuerzas para salir adelante y siguiendo con la familia nación el 21 de junio de 1959, Alberto, el hijo travieso de la casa, me contaba que un día quemo el cableado de la energía de toda la casa, pero a pesar de eso a los tres hijos en la casa los querían mucho  y les acolitaban todo.  Cuando ya fueron creciendo Hilda los metió al colegio, los dos hombres entraron al Javeriano y la hija a las belas.
Un día mi abuela recibió una carta donde el tío Maclovio le había dejado la escritura de la finca de San Pedro, ella no lo podía creer, ya había pasado 3 años después de la muerte de él y llega esto.  Guillermo en esa finca construye la casa de San Pedro, con ayuda de los mayordomos haciendo un recinto de paz y naturaleza para poder ir en vacaciones a descansar.
Cuando venían las vacaciones sus hijos no se aguantaban las ganas, que eran tantas las ansias de viajar a la finca que el último día de clases ya tenían lista la maleta para viajar a temperar.
En la finca lo que hacían era molienda, Guillermo le alquilaba a un señor el trapiche para molienda para así sacar la panela, y ese era el trabajo de el allá, también tenían vacas para tener leche y llevar a la casa.
En la última temperada Hilda llevo diez gallina y un gallo para tener en la finca y hacer un gallinero. Una noche con el mayordomo decidieron que era mejor que las gallinas duerman en un guayabero que había al frente de la casona, las sacaron y una por una las fueron subiendo al árbol dejándolas dormidas, paso la noche y a la madrugada salieron ya no estaban, se las habían robado, desde ahí Hilda jamás volvió a tener la idea de tener un gallinero.  
Me cuenta que en esa época la guerrilla e había disparado por esa zona, y era mejor irse de ahí, así que hablo con Guillermo y le dijo que ellos allá tenían fama de ricos aunque no lo fueran y al vecino ya lo habían secuestrado entonces es mejor vender la finca para evitarse esos problemas,  la decisión fue tomada y la vendieron.
Después de eso Hilda se intereso por la parte política de Pasto e hicieron un grupo de amigas con el cual ayudaban y apoyaban al partido liberal. Ese grupo de amigas se convirtió el de toda la vida, con ellas hacen fiestas, toman café, se reúnen a jugar cartas, en fin cantidad de actividades que las unían cada vez más.
Transcurrieron muchos años, se envejecieron juntos, ella y Guillermo, pero con una mentalidad de fortaleza impresionante, a pesar de las caídas que tuvieron supieron como levantarse, pero la más fuerte fue la separación de ella y Guillermo, el 28 de noviembre del 2007, murió Guillermo Pardo, el momento mas difícil de Hilda, pero lo que me impresiona es mirarla estos días y con su edad de 91 años, sigue con esa fuerza de cuando era joven y me alegra mucho de que sea mi abuela y de tenerla al lado.


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